Descubriendo la sucesión ecológica: una saga de estrés ambiental, facilitación y competencia

En esta nueva publicación de autor, Anthony Davy ofrece una idea de un estudio, realizado durante 35 años, sobre el desarrollo de marismas costeras desde una llanura intermareal hasta una plataforma de marisma media en las Marismas del Odiel en el suroeste de la Península Ibérica. La inesperada rapidez de esta sucesión primaria destaca el papel central de la facilitación.


La marisma se celebra como un ejemplo clásico de sucesión ecológica primaria. De hecho, este tipo de sucesión es, probablemente, el ejemplo más antiguo. Así, los elementos teóricos que aplicamos a la sucesión de las marismas fueron descritos por G.M. Lancisi en 1714 (Pignatti & Savoia, 1989). Lancisi reconoció la importancia de la acumulación de sedimentos aluviales del río Tíber en las marismas, refiriéndose a la colonización por plantas pioneras (‘plantae primigeniae‘) formando pequeños montículos (‘tumuleto‘) con una escala de tiempo explícita para el desarrollo (‘sucesio‘ ) a través de cuatro etapas sucesivas.

Más recientemente, nuestra visión, tal vez, ha estado influida por el hecho de que la mayoría de las marismas actuales se iniciaron cuando las costas se estabilizaron hace unos 6000 años, tras el rápido aumento del nivel del mar después de la última glaciación. Con tasas de acreción promedio del orden de mm por año, la sucesión debería sucedido durante siglos o milenios, ¿cierto? Bueno, no necesariamente, y nuestro artículo muestra que unas pocas décadas con las circunstancias adecuadas son suficientes para conformar una marisma emergida.

En 1977, se construyó un dique de 20 km (Dique Juan Carlos I) a través de las Marismas del Odiel en la costa atlántica de España. Su objetivo principal era proteger un canal navegable hasta el puerto de Huelva, en el estuario conjunto de los ríos Odiel y Tinto. Una consecuencia involuntaria de esta construcción fue poner en marcha un notable experimento ecológico. En 1984, esta oportunidad fue aprovechada por un grupo de ecólogos dirigido por Enrique Figueroa de la Universidad de Sevilla (yo me incorporé al proyecto durante una estancia sabática en 1988).

Para abreviar la historia, la protección frente al mar abierto permitió la deposición de sedimentos finos en llanuras intermareales sin vegetación dentro de lagunas de mareales asociadas con el dique y, por lo tanto, precipitó la sucesión de marismas. Nuestro artículo narra este proceso de desarrollo de una de esas lagunas, la Laguna de Don Claudio, durante 35 años. La sorprendente colonización inicial fue reportada previamente (Castellanos, Figueroa & Davy, 1994; Figueroa et al., 2003) pero con el paso del tiempo tenemos una imagen mucho más completa. Lo que hemos registrado que está sucediendo en la Marisma de Don Claudio también está sucediendo en muchas marismas del Golfo de Cádiz como hemos venido observando en las últimas décadas.

Lo que encontramos tiene ecos inconfundibles de Lancisi pero, más de 300 años después, puede proporcionar conocimientos científicos sobre los mecanismos de sucesión primaria más allá de nuestra imaginación. En particular, nuestro estudio muestra los roles centrales que desempeñan la facilitación y la hipótesis del gradiente de estrés. Irónicamente, cuando comenzó nuestro estudio, el papel ecológico y evolutivo de la facilitación estaba lejos de ser aceptado como regla general. Tampoco estaba claro en aquellos días que el estrés ambiental está asociado con un cambio en las interacciones de las especies, pasando de la competencia a la facilitación.

Vistas de Laguna de Don Claudio en 1986 y 2020.

La primera planta colonizadora de la Laguna de Don Claudio fue Spartina maritima, una herbácea halófila perenne altamente tolerante a la inundación. Spartina maritima resultó muy eficaz para atrapar sedimentos y subir el nivel de la marisma al tiempo que expandía su área. La mayor elevación de las matas de Spartina redujo la inundación mareal y mejoró el drenaje localmente, lo que a su vez alivió los bajos potenciales redox en los sedimentos. Entonces, potenciales redox más altos permitieron la colonización de halófitas suculentas menos tolerantes a las condiciones reductoras. Sarcocornia perennis, y luego su híbrido con S. fruticosa, una especie de marisma alta, colonizaron los centros de los rodales de Spartina maritima y se expandieron radialmente, desplazando a Spartina. Finalmente, a diferencia de sus predecesores de colonización centrífuga, el arbusto Atriplex portulacoides colonizó progresivamente los bordes elevados de los rodales, donde el drenaje era mejor, y desde ahí se extendió hacia el interior de dichos rodales. Así, Atriplex se convirtió en la especie dominante en la marisma.

Aparte de esta secuencia de dominancia de especies vegetales, también hubo un desarrollo geomorfológico interesante. Después de haber aumentado la elevación en un metro (c. 29 mm / año), los rodales de vegetación se unieron para formar una plataforma continua diseccionada solo por arroyos sinuosos que ocupaban algunos de los límites de estos rodales. Este fenómeno se produjo a una altura correspondiente al nivel de pleamar media. Esto respalda la transición puntuada desde “marisma sumergida” a una “marisma emergida”, teorizada para esta elevación de marea.

¿Y el futuro? Probablemente esta historia no haya concluido aún. No hay ninguna razón obvia por la que la acumulación de sedimentos no pueda continuar hasta que la elevación de la marisma se acerque a la de las mareas astronómicas más altas. Además, hay varias halófitas típicas de las marismas altas esperando en los márgenes para colonizar la marisma. Con inundaciones menos frecuentes en los veranos secos del Mediterráneo, la hipersalinidad es cada vez más probable. Aunque la salinidad no ha sido un factor decisivo hasta ahora, en un escenario de “marisma emergida”, el potencial redox puede dar paso a la salinidad como principal estrés ambiental.

Anthony Davy University of East Anglia, UK


You can read a copy of this blog post in English here

Puedes leer el articulo completo aquí: Primary succession in an Atlantic salt marsh: From intertidal flats to mid-marsh platform in 35 years

One thought on “Descubriendo la sucesión ecológica: una saga de estrés ambiental, facilitación y competencia

  1. Pingback: Succession revealed: a saga of environmental stress, facilitation and competition | Journal of Ecology Blog

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